De familia calvinista, Valentin Conrart fue educado para ingresar en el comercio, y empezó muy tarde a estudiar lenguas antiguas, por lo que se dedicó al italiano, al español y a profundizar su conocimiento de la lengua francesa.
En 1627, compró un cargo de consejero-secretario del Rey y de sus finanzas, y empezó a invitar a su casa a hombres de letras.
Estas reuniones literarias inspiran a Richelieu, que da los pasos decisivos para crear la Academia francesa.
Fue su primer secretario y, a pesar de su fidelidad a la religión protestante, Richelieu lo mantuvo en sus funciones hasta su muerte.
Tuvo una influencia primordial en la primera oleada de grandes traducciones francesas, hechas por Louis Giry, Nicolas Perrot d'Ablancourt y Olivier Patru a las que más tarde se llamará "las hermosas infieles".