[1] Aunque los alérgenos difieren de un enfermo a otro, la causa más común es la rinitis alérgica.
Los síntomas se deben a que los mastocitos secretan histamina y otras sustancias activas, lo que estimula la dilatación de los vasos sanguíneos, irrita las terminaciones nerviosas y aumenta la secreción de lágrimas.
Cuando un alérgeno la irrita, entre los síntomas comunes que se producen están comezón en los ojos, hinchazón de los párpados, lagrimeo, fotofobia, secreción acuosa y sensación de tener alojado un objeto extraño (con dolor).
La afección es común en quienes padecen otras formas de alergia, como rinitis alérgica, asma y eccema.
Ante la presencia de cierto alérgeno se produce una sensibilización que prepara al organismo para iniciar la respuesta específica del antígeno.
Los linfocitos T CD4+ liberan citoquinas, que estimulan la producción de inmunoglobulina E (IgE) específica para el antígeno.
Los mastocitos intermediarios producen inflamación y otros síntomas alérgicos por la activación de células inflamatorias.
El contacto con el alérgeno al que se es sensible aumenta la sensibilización del sistema y ocasiona reacciones cada vez más fuertes.
Entre las medidas no específicas para aliviar los síntomas están las compresas frías, los lavados con lágrimas artificiales y la evitación de los alérgenos.
Los corticosteroides son otra opción, pero, considerando sus efectos secundarios (cataratas y aumento de la presión intraocular), se reservan para las formas más graves de la afección, como la queratoconjuntivitis vernal (QCV) y la queratoconjuntivitis atópica (QCA).
La QCV es una enfermedad de la infancia y predomina en varones que viven en climas cálidos.
Entre los más comunes están el estafilococo dorado, el bacilo de Koch, las clamidias y los hongos del género Candida.
Cuando se identifica un alérgeno, la persona debe evitarlo en la mayor medida de lo posible.
Si se identifica el alérgeno y los síntomas son leves, pueden mitigarse con compresas frías.
[12] No hubo suficientes pruebas para determinar las diferencias de eficacia a la larga entre los tratamientos.
La higiene ocular adecuada puede aliviar los síntomas, sobre todo si se usan lentes de contacto.
La inmunoterapia hiposensibilizante consiste en administrar alérgenos para acostumbrar al organismo a sustancias que por lo común son inofensivas (polen, ácaros del polvo doméstico), con lo que se estimula una tolerancia específica a largo plazo.
La investigación experimental se ha centrado en ciertas moléculas de adhesión, llamadas selectinas, presentes en las células epiteliales.