Ante esta situación extremadamente delicada, el muftí de Jerusalén, al Haj Amin al-Huseiní, decidió convocar un Congreso.
Más de veinte países fueron invitados a alzar su voz en esta cita política, de ciudades como Sinkiang, Turquía, Túnez, India, Java, Argelia, Hiyaz, Rusia, Siria, Ceylán, Libia, Irak, Irán, Palestina, Líbano, Egipto, Marruecos, Nigeria, Yemen, Yugoslavia y Suiza.
Entre los 145 delegados que participaron en este Congreso se encontraban Dhiaa ed-Dín Tabtabaí, Mohamed Iqbal, Abdelaziz Thâalbi, Said al-Jazairí, Shukri al-Kuwatli y Riadh as-Solh.
Del Congreso de Jerusalén emanan decisiones firmes y denuncias contra las potencias coloniales que aún les tenían bajo su yugo.
los asistentes a esta cita dieron un paso más en su avance hacia la reconquista de sus derechos políticos.