Conflicto entre Guatemala y México (1958-1959)

[1]​ El gobierno guatemalteco indicó también que dichas embarcaciones no exponían matrícula de identificación ni bandera nacional y que Guatemala se reservaba el derecho de atacar a dichos "piratas".Las tensiones se generaban mientras varios países alrededor del mundo reclamaban un mar territorial de 12 millas (22,2 km), en lugar del límite de 3 millas (4,8 km) reconocido desde el siglo xviii."[2]​[3]​ El entonces comandante en jefe de la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG), coronel Luis Urrutia de León, recibió órdenes del presidente guatemalteco para poner punto final al tema, planeando una operación que tuviera por objetivo el localizar y destruir los barcos mexicanos cuando estos se encontraran en mar territorial de 12 millas (22.2 km).[4]​ Esa misma tarde, fueron enviados de la base aérea La Aurora un par de aviones T-6 Texan para ver si las embarcaciones todavía se encontraban en sus aguas, mismo que confirmaron poco tiempo después.El piloto del avión Cessna 180 hizo pases rasos y notó que las embarcaciones no exhibían matrícula ni bandera.Uno de los cinco barcos, el Elizabeth, inició movimiento hacia la frontera mexicana y un Mustang produjo la primera descarga de ametralladoras en el agua en frente del barco, al no responder, el piloto del Mustang le hizo una descarga en la proa del barco, causándole 14 perforaciones; el Elizabeth entonces se enfiló hacia Champerico mientras desplegaba una manta blanca en señal de rendimiento.Los otros barcos pusieron sus motores a toda marcha y se dirigieron hacia la frontera mexicana.Los dos Mustang se alternaban los ataques preventivos delante de la proa, pero los barcos seguían su precipitada fuga.Los Mustang les tiraron entonces a la popa, ostensiblemente tratando de dañarles el motor, la hélice o el timón.Los aviones sin embargo, no parecían disparar a hacer blanco en la cubierta.No obstante esto, los periodistas observadores reportaron que los dos barcos continuaban huyendo.El Cessna 180 con altavoces aterrizó y el piloto militar comprobó la versión, mas no tenía espacio para transportar a los heridos.Simultáneamente, los barcos remolcadores Retalhuleu y Quezaltenango rescataron a algunos pescadores náufragos que habían intentado escapar del ametrallamiento brincando con salvavidas al mar, donde estuvieron a flote aproximadamente seis horas.El 1 de enero de 1959, el embajador mexicano en Guatemala protestó el ataque a los barcos mexicanos y pidió que se liberaran a los pescadores detenidos, sus embarcaciones y se les indemnizara por los daños causados por este ataque injustificado contra personas desarmadas.Para reiterar su punto, el embajador guatemalteco recalcó la multitud de protestas anteriores, las cuales estaban ampliamente documentadas, y que el día anterior al ataque hasta la prensa mexicana había publicado la última advertencia del presidente Manuel Ydígoras contra la piratería marina.[7]​ Sin embargo, Guatemala hizo notar que México también usaba la fuerza militar en contra de pescadores piratas estadounidenses y además, Guatemala rechazó toda intervención exterior en materia de actos policíacos en su territorio.[16]​[17]​[18]​ Como resolución del conflicto, Guatemala lamentó haber tenido que usar violencia contra los barcos pesqueros.Dicha compra fue producto del plan de modernización de la FAM puesto en marcha desde 1957, cuando el general Alfonso Cruz Rivera, Jefe de la FAM, visitó bases aéreas estadounidenses y latinoamericanas donde observó y evaluó jets tales como Lockheed T-33 "Shooting Star", los cuales sugirió como primera opción para la FAM.Dichas adquisiciones, tanto los jets como los helicópteros se dieron bajo la gestión del general Agustín Olachea Avilés como Secretario de la Defensa Nacional, y del general Roberto Fierro Villalobos quien sucedió al general Alfonso Cruz Rivera en el cargo como Jefe de la FAM.
Un avión de la FAG dispara tiros de advertencia.
Un Mustang de la FAG sobrevuela la embarcación mientras otro Mustang efectúa descargas de advertencia.
El San Diego recibe una descarga directa.