A mediados de la década, y dado el creciente interés del público por la historieta japonesa, la editorial comenzó a dar espacios cada vez mayores a ésta, lo que derivó finalmente en el inicio de la publicación de tres historietas tipo manga, ahora consideradas emblemáticas: Tetsuko: la chica de acero, que emulaba a historietas como Cutey Honey, Chicas trabajadoras y Sexis, divertidas y abusadas, series de corte hentai que intentaban combinar el estilo manga con el humor mexicano (en especial el albur y el doble sentido).
Años más tarde, en 1997, comenzó a publicarse una sección llamada Conexión manga en la historieta Tetsuko: la chica de acero, donde se daba alguna pequeña reseña o comentario sobre el anime.
convirtiéndose en la única revista especializada en el tema en lograr este número de publicaciones en México y en Latinoamérica.
La edición 300 fue una publicación con 100 páginas, en las cuales la mayoría de los reportajes hablaban del cambio que pretendían hacer con la revista; es decir, totalmente digital.
De esta sección salieron artistas como Edgar Manjarrez, Romy Villamil, entre otros.
En esta sección aparecieron los personajes ficticios Ana Shimura y Dash Bandith.
Se dedicaba a responder las cartas de los lectores en la sección Buzón, también redactaba ocasionalmente artículos para la revista.
Es preciso señalar que dichas imágenes de la revista, tenían escasa o nula relación con el género.
Mayoritariamente estas críticas aludían a problemas con la objetividad del contenido, pero también con la ortografía y gramática.