El pelaje destaca por ser de color negro, pero presentando dos angostas franjas de color blanco que no se unen en la frente, incluso son frecuentes los ejemplares que sólo cuentan con dos líneas blancas sobre la región escapular.
Entre ambas bandas blancas, el pelaje exhibe tonos castaños, los que motivan uno de sus nombres vulgares.
Bajo la cola, a ambos lados del ano, posee las glándulas anales que producen su característico y fétido líquido defensivo.
Al tener estéticamente un color de pelaje inferior, fue menos depredado por la industria peletera como sí ocurrió con el C. humboldtii.
Según otros autores, como J. W. Dragoon, T. Orrell, Don E. Wilson, o DeeAnn M. Reeder, estos caracteres morfológicos no son suficientes para que sea una especie buena y la mantienen como subespecie.