Galeras (pena)

[2]​ Fue su principal teórica la madre Magdalena de San Jerónimo en el tratado que tituló Razón y forma de la galera y casa real (Valladolid, 1608), donde defendía que así como para los hombres malhechores el castigo «es el echarlos a galeras por dos o más años, según sus delitos lo merecen.La gente de remo o chusma estaba formada por condenados por sentencia judicial o esclavos turcos y berberiscos, aunque también hubo remeros voluntarios o buenas boyas que solían ser galeotes que, una vez cumplida su condena e incapaces de encontrar otro trabajo, volvían a la boga a cambio de una paga.Desde los inicios del siglo XVI las necesidades de los monarcas españoles fueron fundamentalmente militares.Junto a la función militar, las galeras desempeñaron un papel fundamental dentro de la historia penitenciaria española.La razón de este límite superior fue también utilitarista, ya que tras diez años de condena, un forzado había envejecido notablemente y había perdido su eficacia como remero, por lo que podía convertirse en un estorbo y un gasto innecesario para la Real Hacienda.[5]​ Una vez el galeote llegaba a su destino, se iniciaba la rutina de siempre.En primer lugar se le hacía un reconocimiento médico a todos aquellos que alegaban estar enfermos o impedidos.Además, tras toda esta información, se señalaba su cambio de condición a “buena boya” y su suerte final, bien fuera la fuga, la libertad o la muerte.Ambos se distribuyeron al remo en función de su fuerza física y no por su status.A los buenos boyas se les añadía algo de tocino y vino.Sumando galeotes, marinos e infantes, una galera alistada podía sobrepasar ampliamente los 500 hombres, "acomodados" en buques de 300 a 500 toneladas.En el interior de este cajón se estibaban palos, velas y caballería.11 la de galeras, mas no por esto puede deducirse que aún entonces estuviese en vigor, sino únicamente que el objeto de dicho artículo era enumerar todas las penas corporales ya estuvieran en uso o hubieran caído en desuso.
Condenados a galeras. Recreación en el Museo Marítimo de Barcelona.