El título flamenco fue concedido por el emperador Carlos V en 1522.
Ennoblecidos y honrados por sus servicios militares a la monarquía hispánica, la exigente y peligrosa contraprestación de tales servicios implicaría la extinción de la línea varonil a mediados del siglo XVII.
Aparece de nuevo a finales del siglo XVII y principios del XVIII a través de un descendiente del hermano del segundo conde Charles II (Antoine de Lalaing, conde de Hoogstraaten).
Tanto los señores de Ecaussinnes, los señores de Lalaing (sus herederos, allá por el 1450) como la familia van der Burcht (que lo compró en 1642) alteraron su estructura y diseño continuamente hasta nuestros días.
Se pierde el linaje del condado de Lalaing, recuperándose con: