Concilio de Constantinopla III
Al mismo tiempo, intentaban alcanzar la paz ideológica dentro de un Imperio cada vez más heterogéneo, en donde la lengua y la filosofía griega no habían circulado con la fluidez necesaria para comprender conceptos tan elaborados como los cristológicos.Tales directrices llegaron poco antes de la ocupación persa, que redujo notablemente el control bizantino sobre Asia Menor, Siria y Egipto.El emperador Heraclio (610-641), al recuperar los territorios perdidos, encontró varios focos de monofisismo entre las comunidades cristianas.La tesis del patriarca Sergio intentaba ser una vía intermedia y según ésta en Jesús se dan, ciertamente, dos naturalezas inconfusas pero un solo tipo de operaciones (monoenergeia).Heraclio por su parte, a medida que avanzaba su campaña militar, había iniciado los trámites para alcanzar la unidad con la iglesia armena, presente en Siria y Egipto, mediante la doctrina de una nueva fórmula: el único y mismo Cristo operante “con la única energía teándrica”.Aunque parecía un simple acuerdo, rápidamente encontró obstáculos, tanto en los monofisitas de Siria como en los calcedonenses en Egipto.Por otra parte, entre política y religión, el Imperio bizantino tenía bastantes problemas para resolver y, por una tradición arraigada, el emperador continuaba prestando una particular atención a solucionar los asuntos doctrinales de la vida cristiana.Por lo demás, en aquellas regiones la división teológica fragmentaba la resistencia militar: basta pensar que en Alejandría el patriarca monofisita Benjamín se sometió espontáneamente a los Árabes, declarándose en contra de Bizancio.La Disputatio cum Pirrho ofrece una idea de la complejidad del problema cristológico, pero también ilustra como para Máximo, si Jesucristo era el nuevo principio de la vida del cristiano, necesariamente Él era verdadero Dios y hombre completo.El perfecto perdió la vida en la batalla y la estructura del imperio se debilitó más aún.La misma suerte compartió Máximo, hecho prisionero y conducido a la capital.Si bien Máximo desapareció bajo el poder imperial, sus ideas continuaron viviendo en las disputas teológicas de los siglos sucesivos.El protocolo requería que todas las intervenciones fueran dirigidas al emperador o a sus representantes.Durante la primera sesión los legados romanos preguntaron al Emperador por el origen de la doctrina sobre una única voluntad y actividad en Cristo.El libellus resultó estar adulterado, al comienzo se habían incluido cuatro páginas que no correspondían a la fecha del documento.Como tal añadidura no sostenía la postura de Macario, el Emperador permitió que la contienda teológica siguiera adelante.Durante esta misma sesión, examinadas las cartas dogmáticas escritas por Sergio, en su tiempo patriarca de esta ciudad [Constantinopla]..., tanto a Ciro que entonces era obispo de Fasi, como a Honorio que era obispo de la antigua Roma y la carta [Scripta fraternitatis, del año 634] con la cual este último, es decir Honorio, respondió a Sergio, se les condenó como heréticas.Escribió al emperador la denominada Regí regum, de aproximadamente agosto de 682; y también a España, a los obispos —Cum diversa sint— y al rey Ervigio—.Cum unus exset— En otra carta denominada Fides papae, recogida en el Liber diurnos Romanorum pontificum, se propone como declaración de fe la condena del papa Honorio que dice [Patres Concilii] auctores vero novi dogmatis Sergium, Pyrrhum... una cum Honorio, qui pravis eorum adsertionibus fomentus impendit, ...nexu perpetue anathematis devinxerunt; pero [los Padres conciliares] ataron con el lazo del anatema perpetuo a los autores de la nueva doctrina, Sergio y Pirro, ...juntamente con Honorio, que concedió su favor a las depravadas afirmaciones de ellos .Respecto al papa Honorio, León II dejó claro en su carta al emperador el motivo de la condena: no habiéndose esforzado para hacer resplandecer la fe apostólica, permitió que esta fe inmaculada fuese mancillada.No tuvo la misma acogida en occidente a causa del viejo canon 28 de Calcedonia, en donde se equiparaba Constantinopla a Roma en importancia política y la incipiente doctrina sobre el celibato sacerdotal.Por otra parte, resume la doctrina sobre Cristo tal como la entendieron los Padres de la Iglesia desde los primeros tiempos.