El influyente crítico Edward Hanslick lo llamó "largo y pretencioso" y dijo que el mismo "nos puso cara a cara con la repugnante idea que la música puede existir para heder al oído."
Chaikovski, pianista de formación, escribió su primera obra para violín solo en 1875, la Serenata melancólica, dedicada a Leopold Auer.
Para esta versión del concierto, el compositor pensó en un movimiento lento convencional que luego reemplazó por la Canzonetta actual.
Se inicia con una introducción breve, de carácter lírico en donde apenas se intuyen las melodías que componen el resto del movimiento; no es una introducción dramática, pues el solista la completa con un pasaje cadencioso y ornamental.
Desde este momento en adelante, se suceden diversas melodías unidas en torno al hilo formal generado por los cambios de dirección anímica.
Luego el solista entona una melodía de carácter tradicional ruso con un acompañamiento sencillo.
Algunas interpretaciones que deben considerarse por haber sido aclamadas por la prensa especializada y obtenido grandes premios son: