Otros modelos, como la venta directa del fabricante al usuario, son relativamente marginales.
Como cualquier comercio, los concesionarios operan con compras mayoristas al proveedor - en este caso, la marca fabricante - y acumulación de inventario para la reventa minorista.
Los concesionarios deben, en primera instancia, comprar automóviles al fabricante a precio mayorista.
Cada concesionario configura su inventario libremente según la demanda local y en función de su propia estrategia comercial.
Además, evita la competencia directa entre salones que venden automóviles de la misma marca.
Los concesionarios ofrecen automóviles en inventario, aunque también hacen reservas por modelos, versiones o colores que no tienen en el momento para encargar al fabricante y entregar más tarde.
Una vez acordado el precio, se realiza el pago monetario y la entrega del automóvil.
Esto le permite y asegura al concesionario entregar un auto por mes - que se asigna por sorteo entre los aportantes - sin necesidad de financiar.
En este sentido, compañías como Tesla y Volvo son pioneras en experimentar con modalidades de venta directa online.
La subsecuente vacancia favorece la incorporación de nuevos actores: plataformas web, como TrueCar en Estados Unidos, Carwow en Europa, Karvi en Latinoamérica, o Autosur en México que integran el stock de múltiples concesionarias, permitiendo al usuario comparar precios y elegir entre diferentes ofertas.