Las Comunidades de Villa y Tierra son una institución política castellana, un ente jurídico autónomo que nació libremente como un sistema de autogobierno que distribuía justicia y autoridad entre sus vecinos y ordenaba en comunidad el aprovechamiento de las aguas, de las tierras y de los pinares.
Nació a raíz de la repoblación efectuada por Alfonso VI, cuando surgieron los grandes Concejos a lo largo de la línea del sur del Duero.
Intereses comunes de varias poblaciones hicieron que éstas se agruparan en una Comunidad.
Más tarde, el rey Alfonso VIII de Castilla apoyó y dio vigor a estos concejos.
Por un lado el rey obtenía lealtad y fuerza militar, por otro los concejos se veían beneficiados por ciertos privilegios y posesiones, con el consecuente aumento de poder y gran despegue económico.