[2] Estudiosos del comportamiento, han descubierto un sorprendente conjunto de habilidades sociales y cognitivas en el perro doméstico.Estas habilidades no se expresan en parientes caninos cercanos ni en otros animales como los grandes simios, sino que, más bien, son paralelos a algunas capacidades sociales y cognitivas de los niños.Los perros han sido enseñados a aprender por inferencia, es decir, sacando consecuencias o deduciendo algo de otra cosa.Después de someterse a entrenamiento para resolver una tarea simple de manipulación, los perros que se enfrentan a una versión irresoluble del mismo problema miran al humano, mientras que los lobos socializados no; los perros demuestran así una teoría de la mente mediante la participación interactuada en esta versión del problema.Los humanos se comunican con los perros utilizando la vocalización, las señales manuales y la postura corporal.Las señales de perros que intentan jugar tienen un rango muy amplio: arqueando el cuerpo, poniendo las patas en la cara, abrir la boca con expresión relajada y todo tipo de posturas que invitan al otro perro a perseguir al iniciador.El juego entre cachorros, no tiene porqué ser necesariamente 50:50 simétrico en cuanto a roles dominante y pasivo; perros que tienen mayor comportamiento dominante (persiguiendo o tumbando al oponente), suelen ser perros que inician el juego más a menudo, y podría implicar que ganar durante el juego se vuelve más importante según los cachorros van madurando.Los perros que comienzan la mayoría de los juegos son menos dóciles y tienden a ser más agresivos o dominantes.[15] Otra definición es que el animal dominante tiene "prioridad de acceso a los recursos".Sin embargo, investigaciones recientes y nuevas perspectivas en etología canina desafían esta creencia.[19] Además es importante mencionar que la comunidad científica aún debate el origen del perro.[20] Ian Dunbar critica la comparación directa entre la educación canina y el comportamiento de los lobos.