No obstante, en 1906, la Compañía de Tranvías que ya gestionaba el servicio, se ve obligada a bajar las tarifas, medida que no consigue frenar su decaimiento, y, tras recibir ofertas de adquisición desde Zaragoza, Bilbao y Florencia, una compañía belga se hace con la gestión en 1907.
[1] Hacia 1911 se inician los primeros proyectos de electrificación del tranvía, aprobados por noventa votos contra diez, que sustituirán completamente a la tracción animal en 1913.
Poco después se inicia una huelga indefinida, en unos tiempos de gran conflicto en el movimiento obrero.
En 1928, la línea de Sada se reforzará con dos nuevos tranvías con tecnología eléctrica Siemens.
En 1999, se prolonga el recorrido del tranvía hasta la Fuente de los Surfistas, frente al Hotel Meliá María Pita, y en 2001, un tercer coche comenzó a prestar servicio por el Paseo Marítimo, registrándose un uso de 120.077 pasajeros en ese año.
Todo ello ha provocado que se haya popularizado el término "carraca" para referirse a un autobús de la compañía.
Los modelos que componen la flota son: [**Autobús ya retirado de servicio activo] [**Buses ya retirados de servicio activo] [**Algunos ya retirados de servicio activo pero 13 unidades han sido "accesibilizadas" y prolongarán su vida útil] [**Autobuses ya retirados de servicio activo] calcas 404 a 407 [2014], 415 a 419 [2015] y 420 a 427 [2016] calcas 412-413-414 Iniciativa del entonces alcalde Francisco Vázquez Vázquez, el proyecto para resucitar este medio de transporte comenzó su andadura en 1990 ligado al desarrollo del paseo marítimo.
El tranvía coruñés realizaba un trayecto mucho más corto que antaño.
Doce kilómetros y medio sumaban el recorrido total desde Puerta Real hasta Las Esclavas, pero concentra en su paseo una buena parte de los monumentos y las mejores vistas de la ciudad Herculina.
Dos años después, en 1999, la vía se incrementó hasta los 9.058 metros de longitud con la primera ampliación, esta vez por la parte occidental de la ciudad hasta la playa del Orzán, con unas espectaculares vistas a todo el litoral.
José María Valero, arquitecto y entusiasta del Tranvía, junto con el también arquitecto Félix Arranz, fueron los encargados del diseño de las cocheras-taller en la antigua cantera de As Lagoas, en Monte Alto.