Contó con el apoyo económico de Compagnie Aérienne Française.
Estuvo dirigida por Antonio Marín Hervás, subsecretario de Obras Públicas, y en su junta directiva, mitad española mitad francesa, figuraban nombres como Juan de la Cierva.
[1] Para ello contó con el apoyo de Compagnie Aérienne Française, que aportó personal (pilotos y mecánicos) y los primeros aviones, los Dorand AR de fabricación francesa.
[2] Además de haber ganado la concesión del aeródromo construido en Albacete, obtuvo diversos contratos con el gobierno del momento, como el que alcanzó con los ministerios de Marina y Guerra para instruccionar a sus pilotos.
La compañía acabó integrándose en Concesionaria de Líneas Aéreas Subvencionadas (CLASSA), que absorbió en un monopolio las aerolíneas existentes en España, y cerró en octubre de 1932 debido a la crisis económica.