Sin embargo, por la lejanía de las tropas ubicadas en la región amazónica, era probable un enfrentamiento.
Los soldados ecuatorianos, comandados por Maximiliano Rodríguez, lograron detener momentáneamente el ataque.
Poco después, el mismo Rodríguez caería en acción, tomando el mando el cabo Luis Minacho, quien continuó con la desesperada defensa, hasta que también cayó en combate.
Ambos defensores, Maximiliano Rodríguez y Luis Minacho, serían enterrados con honores por parte de las tropas peruanas.
Póstumamente, serían ascendidos al grado inmediatamente superior y condecorados con la presea Abdón Calderón.