[1][2][3] Por su labor, han sido declarados legislativamente como «Héroes de la democracia».
Los 14 terroristas ingresaron por la propiedad colindante que se encontraba vacía, dinamitaron la pared limítrofe, avanzaron al terreno de la residencia, los asistentes en los jardines entraron en pánico y se refugiaron dentro de la residencia, los terroristas ingresaron armados y les comunicaron que eran rehenes.
148 comandos irrumpieron por ese y otros accesos disparando sus ametralladoras.
Uno de los rehenes, el magistrado Carlos Giusti, fue herido en una pierna, lo que le causó una violenta hemorragia que le provocó la muerte; fue el único rehén muerto en la acción.
Dos comandos también murieron, Juan Valer Sandoval y Raúl Jimenez, uno de ellos, según algunos testimonios, protegió al Canciller Tudela mientras este escapaba por la azotea.