En letón, la coma diacrítica se utiliza para las letras ⟨ģ⟩, ⟨ķ⟩, ⟨ļ⟩, ⟨ņ⟩, e históricamente también ⟨ŗ⟩, para indicar la palatalización.
A finales de los años 1920 y 1930, la ortografía latgaliana utilizada en Siberia usaba letras adicionales con coma ⟨ç⟩, ⟨ḑ⟩, ⟨m̧⟩, ⟨p̧⟩ ⟨ş⟩ ⟨ţ⟩ ⟨v̧⟩ ⟨ v̧ ⟩., ⟨z̧⟩ [1] En Livonia, cuyo alfabeto se basa en una mezcla de los alfabetos letón y estonio, la coma suscrita se utiliza en las letras ⟨ḑ⟩, ⟨ļ⟩, ⟨ņ⟩, ⟨ŗ⟩, ⟨ț⟩ para indicar la palatalización de la misma manera que en el letón, excepto que en Livonia se usa ⟨ḑ⟩ y ⟨ț⟩ para representar los mismos fonemas explosivos palatales que el letón escribe con ⟨ģ⟩ y ⟨ķ⟩, respectivamente.
En checo y eslovaco, el signo diacrítico que aparece en los caracteres ⟨ď⟩, ⟨ť⟩ y ⟨ľ⟩ parece a una coma en superíndice, pero en realidad se representa así en lugar de con un carón porque la letra tiene un asta ascendente que no deja sitio al carón.
Otras letras ascendentes con carones, como las letras ⟨ȟ⟩ (usadas en romaní finlandés y lakota) y ⟨ǩ⟩ (usadas en sami skolt), no modificaron sus carones a comas en superíndice.
En la Guatemala del siglo XVI, la letra arcaica cuatrillo con coma ( ⟨Ꜯ⟩ y ⟨ꜯ⟩ ) se usaba para escribir las lenguas mayas.