Columba de Roma

Columba nació en Roma durante el siglo III, en época de Diocleciano.

Cuenta la leyenda que Columba mereció ese nombre, dado por sus padres, "porque en su rostro de ángel parecía reflejarse todo el candor y la simplicidad de la paloma".

Entre los primeros detenidos estuvieron Columba y sus padres.

Cómo Columba siguió defendiendo sus creencias, fue sometida a terribles tormentos y finalmente murió perdonando a sus captores, ante el asombro de sus verdugos.

Allí permanecieron hasta principios del siglo XIX, en que los recogió el famoso arqueólogo canónigo Boldetti, que custodiaba las catacumbas romanas, y los envió al santuario que en Anagni (Italia), tienen las monjas cistercienses.