Por muchos años, el índigo fue usado para dar el tono "azul naval profundo" a la lana.
El índigo no se fija con firmeza a la fibra, por lo que los lavados sucesivos pueden ir lentamente quitando el tinte.
También era conocido en antiguas civilizaciones de la Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, Bretaña prehistórica, Mesoamérica, Perú, Irán y África.
[7] Se cree que India es el más antiguo centro de tintura con índigo del Viejo Mundo.
La asociación de India con el índigo se refleja en la palabra griega para tintura, que era indikon.
Los romanos usaban el término indicum, pasando a la lengua itálica y eventualmente al español con indigo.
El "woad" o glastum, un tinte químicamente idéntico, derivado de la planta Isatis tinctoria (Brassicaceae), se usaba en su reemplazo.
Así se establece un comercio directo con el Oriente Medio, las islas de las Especias, China y Japón.
La mayoría del índigo asiático comercializado en Europa llegaba a través de puertos en Portugal, Holanda, e Inglaterra.