El collet puede ser empujado contra un sector cónico de forma tal que su superficie interna se contrae tomando un diámetro levemente menor, y la herramienta o pieza para fijarla con firmeza.
A menudo ello se realiza mediante un collet elástico, fabricado con acero elástico, con uno o más cortes a lo largo para permitir que se expanda y contraiga.
Independientemente del diseño del collet, el principio operativo es el mismo: apretar el collet contra la herramienta o pieza a fijar, lo que produce una elevada fricción estática y una alineación precisa.
Por lo general, un mandril collet, considerado como una unidad, consiste de un manguito cónico (a veces parte integral del huso de la máquina), el collar o collet propiamente dicho (por lo general fabricado de acero elástico) el cual se inserta en el manguito receptor, y (a menudo) una tapa que se enrosca sobre el collet, que lo traba mediante otro elemento cónico.
Ello representa una desventaja, ya que es preciso una mayor inversión de capital y lo hace menos apropiado para utilizarlo en los taladros eléctricos, etc.