Se le considera uno de los mejores edificios del estilo Modernista en Palencia.
[2] El edificio es un interesante ejemplo de Modernismo floral, con elementos neogóticos, neorrománicos y secesionistas.
La fachada principal puede considerarse una reinterpretación del gótico veneciano y del Modernismo catalán, que Arroyo había conocido en la Escuela Superior de Barcelona, donde se había formado y titulado en 1899.
El último piso presenta ventanas geminadas con mainel y pilastras de fuste helicoidal, que rematan en arcos carpaneles con tracería cobijados en alfiz.
Se accede al interior del edificio por una original y sencilla portada de medio punto que aúna formas típicamente góticas (alfiz quebrado, follajes decorativos) con otros más propios del repertorio modernista, como el esgrafiado que recubre el muro o los relieves con figuras femeninas recostadas sobre un fondo de ramajes que forman el salmer del arco.