El Colegio de Guardias Jóvenes formó a numerosas generaciones de guardias civiles, con unas instalaciones adaptadas a las necesidades del cuerpo.
En 1940, una vez finalizado el conflicto, el colegio retoma su actividad habitual.
Durante la década de los sesenta, el edificio empieza a ser insuficiente para las necesidades de una cada vez más profesionalizada Benemérita, y se adquieren varias fincas a las afueras del municipio con el fin de construir unas nuevas instalaciones.
Una cosa importante a destacar es que el colegio no es de la Guardia Civil como institución, sino de los guardias civiles que pagan en sus nóminas a la asociación pro huérfanos, famosa por haber sido expoliada por el exdirector general de la Guardia Civil Luis Roldán.
Un destacamento francés también se estuvo formando durante 8 meses en el año 2017.