El virrey rechazó dichas órdenes, porque comprendían una usurpación a sus funciones.
Para junio de 1778, una cédula del rey de España ordenaba la constitución del colegio, aunque este mandato no fue llevado a cabo.
Sus miembros no podían superar los sesenta y, para ingresar, debían presentarse a un examen ante la Real Audiencia, tras el cual era obligatoria la asistencia durante un periodo de dos años «sin intermisión» a las conferencias del Colegio, con el fin de estudiar en profundidad el Derecho Indiano.
Posteriormente, el postulante debía disertar sobre un punto jurídico relativo al Derecho de Indias «exonerado con doctrina y erudición, en presencia de todos los miembros del Colegio reunidos en Junta General».
La insignia, una estrella de siete ángulos con una corona cívica en el centro que lleva la misma leyenda, fue aprobada por Decreto Supremo del Presidente Don José Luis de Orbegozo y refrendada por su Ministro Doctor José María Galdeano en 1834.