Alberga una exposición permanente dividida en dos áreas, una destinada a explicar de manera didáctica la obra artística del pintor local Francisco Maireles Vela, y otra, a recoger la evolución histórica-cultural de la localidad desde la Prehistoria hasta la sociedad visigoda.
Pero por el largo proceso burocrático que conllevaba un museo o una colección museográfica de piezas arqueológicas; y por el contrario, ya que la colección pictórica era privada, la facilidad de desarrollar un proyecto para una exposición artística; la idea del pintor adquiere prioridad y los trabajos para su difusión comenzaron pocos años después.
Pero los trabajos con los restos arqueológico no cesaron y en los primeros años del nuevo siglo se idea la posibilidad de crear una exposición que reúna ambas áreas.
Así, en estos momentos por la falta de espacio, la institución se encuentra repartida en diferentes edificios; las salas de exposiciones permanente y temporal, los fondos y la oficina se encuentran en el edificio propio para la colección, con 245.07 m².
Según las propias palabras del Director, las expectativas de la institución es que cuando esté en marcha el nuevo edificio y pueda cumplir las necesidades y requisitos propias de un museo, ésta adquiera el nuevo rango.