Sexo anal

[3]​ Los músculos del esfínter interno y externo controlan la apertura y el cierre del ano; estos músculos, que son membranas sensibles formadas por muchas terminaciones nerviosas, facilitan el placer o el dolor durante el sexo anal.

[3]​ Las investigaciones indican que el sexo anal se produce con menos frecuencia que otras actividades sexuales,[1]​ pero su asociación con la dominación y la sumisión, así como con el tabú, lo convierte en un estímulo atractivo para personas de todas las orientaciones sexuales.

[3]​[17]​ El fisting es de todas la actividad menos practicada,[18]​ en gran parte porque es muy poco común que las personas puedan relajarse lo suficiente como para acomodar un objeto tan grande como un puño que se inserta en el ano.

[3]​ En una pareja masculina pasiva, ser penetrado analmente puede producir una sensación placentera debido a que el objeto de inserción frota o roza la próstata a través de la pared anal.

[20]​ Por otra parte, es típico que un hombre no alcance el orgasmo como pareja receptiva únicamente con el sexo anal.

[21]​[22]​ Estadísticas generales indican que entre el 70 y el 80 % de las mujeres requieren estimulación directa del clítoris para alcanzar el orgasmo.

[25]​[1]​ El clítoris, sin embargo está compuesto por más que el glande (cabeza) visible externamente.

[18]​ El sexo anal forma parte de las prácticas sexuales en parejas homosexuales y heterosexuales.

[34]​ Según encuestas, la mayoría de hombres homosexuales encuestados ha dicho tener sexo anal aunque sea 1 vez en su vida,[35]​ sin embargo otro tipo de actividades sexuales se practican con mayor frecuencia en este grupo poblacional.

[36]​ En parejas heterosexuales, el sexo anal no es raro, y de hecho se esta convirtiendo en algo cada vez más común.

Su práctica era tan extendida que incluso ha llegado hasta nuestros días con el nombre de «griego»,[cita requerida] haciendo referencia directa al sexo anal, aunque el coito a tergo puede ser tanto anal como vaginal en el caso de las parejas heterosexuales.

Entre los autores del siglo XX que han introducido escenas de sexo anal en sus escritos se encuentran Guillaume Apollinaire y Pierre Louys.

El director y actor francés Pierre Woodman siempre incluye el sexo anal en sus vídeos.

En la Italia de finales del Renacimiento, al pintor Giovanni Antonio Bazzi lo llamaban «Il Sodoma» («el sodomita» u homosexual).

Ernst Gräfenberg, el investigador alemán que descubrió el punto G y le da nombre, creía que la postura ideal para estimular esa zona -y obtener la máxima excitación- era la penetración por detrás, como lo hacen todos los cuadrúpedos.

El comportamiento sexual de los bonobos, que practican besos con lengua, penetración por delante y por detrás, felaciones, cunnilingus, frotamientos, masturbación y tocamientos diversos (y todo esto indistintamente del sexo del otro bonobo, es decir, ya sea entre machos, entre hembras, a solas, acompañado/-a o en grupo), revelaría que la naturaleza de estas prácticas podría no estar ligada a la cultura, sino a la naturaleza de la especie.

Puesto que el valor evolutivo del sexo es fundamentalmente reproductivo, eso explicaría el relativo mayor tamaño de las nalgas femeninas.

Asimismo, los glúteos son muy sensibles y, si la experiencia de las caricias estimula el deseo sexual, en algunas posturas de práctica del coito lógicamente también se produce un contacto rítmico con los glúteos, lo que es un fuerte estímulo sexual para ambas partes.

El sexo anal se considera una práctica sexual de alto riesgo, debido a la vulnerabilidad del ano y el recto.

Por otro lado puede producirse un prolapso rectal y hemorroides si no se toman las medidas necesarias de seguridad.

Por este motivo, cuando se practica sexo anal, suele usarse algún lubricante para facilitar la penetración.

La aplicación del lubricante debe conllevar su morbo y su parte de excitación sensorial.

[9]​[48]​[50]​[51]​ Los músculos de los esfínteres interno y externo controlan la apertura y el cierre del ano; estos músculos, que son membranas sensibles compuestas de muchas terminaciones nerviosas, facilitan el placer o dolor durante el sexo anal.

[58]​[59]​ La penetración anal exige generalmente la elección de un ángulo apropiado, pues el ano es más apretado y menos flexible que la vagina.

Aunque es menos frecuente, la misma estimulación múltiple se puede obtener en sexo en grupo mediante la ayuda de una tercera persona, comúnmente mediante el uso de uno o dos dedos en el ano del hombre o la mujer mientras se practica la penetración, o bien mediante sexo oral e incluso con la práctica de una doble penetración vagino-anal.

Estas terminaciones nerviosas siguen en gran medida la misma vía anatómica que las del clítoris.

Sin embargo, se debe tener en cuenta que el abuso de enemas puede llevar con frecuencia a una dependencia física para el correcto funcionamiento del intestino.

Así como la lubricación y la relajación del esfínter son esenciales para iniciar un buen sexo anal, es conveniente elegir una postura apropiada.

La persona que va a ser penetrada se apoya con sus rodillas y brazos en una posición alta (generalmente en una cama).

A diferencia de la penetración vaginal, la denominada «postura del perrito» o doggy requiere generalmente que el pene esté en una posición más elevada.

Sexo anal.
Anatomía genital masculina, que muestra la ubicación de la próstata con respecto al recto
Vaso griego del 510 a. C.
Hombre y joven (1750), obra de Suzuki Harunobu . Se encuentra en el museo Victoria and Albert (Londres).
Ilustración de los Sonetos de Pietro Aretino debida al artista Édouard-Henri Avril .
Postura del perrito.
Cowboy