Durante esta etapa la Cofradía se marcó como principales objetivos, en esos momentos que faltaba de todo, aumentar el número de hermanos, procurar a los hermanos un hábito y dotar a la Cofradía del aparato ornamental para engrandecer la devoción por el paso de Jesús Camino del Calvario.
Y así se llevó a cabo, para ello se realizó una greca para adornar el paso y se elaboraron cuatro faroles –también para el paso- y una Cruz Guía –que fue encargada a talleres Quintana, que realizó las funciones de estandarte y a la que se le colocó una reproducción del paño que portaba la Verónica del paso de Jesús Camino del Calvario.
Esta etapa la podemos considerar como la del asentamiento, ya que al tener sede propia, la Cofradía pudo organizar sus propios actos litúrgicos, valga como ejemplo que desde 1948 se tomó la decisión de celebrar una misa rezada todos los cuartos domingos de cada mes a la que se aconsejaba la asistencia de todos los hermanos; y también es la del lento crecimiento pues desde aquellos 20 hermanos de 1938, 37 hermanos en 1939-40, llegamos a los 200 en 1969.
Allá por el año 1999, la Junta de Gobierno propuso al Capítulo, y este lo aprobó, la realización de un tercer paso para ser portado fraternalmente a hombros que representara a Cristo caído, camino del Calvario.
El hábito, se compone de una túnica blanca con botonadura exterior granate ceñida por un cíngulo trenzado en rojo.
Los atributos son objetos pertenecientes a la Cofradía que cuentan con un significado y simbolismo especial.
Silencio, recogimiento, oración, meditación en nuestro acompañamiento a Jesús camino al Calvario.
Cada paso tiene un Hermano Cabecero que es responsable de los traslados, montaje, limpieza y ornamentación del mismo.