La empresa Izar (más tarde Navantia) adaptó la clase británica Sandown a las necesidades españolas, entre las que destacaban:[2] Para este objetivo, los barcos fueron fabricados en fibra y revestidos de GRP.
Como una medida adicional, los motores eléctricos fueron fabricados para producir pocos campos magnéticos y compensarse uno al otro.
El conjunto de generadores diésel está en la popa del buque, confinados con mamparos estancos.
El Voith-Schneider lo forman varias palas de paso variable que se mueven en un círculo entrando en posición vertical al agua.
Las dos lanchas fueraborda que lleva cada uno de estos buques también están equipadas con motores silenciosos.