Estos buques nunca fueron terminadas como Acorazados porque la guerra paró su construcción y quedaron obsoletas aún sin estar terminados tras el armisticio.
Los numerosos planes para la modernización fueron considerados pero no progresaron.
En el momento de detenerse los trabajos, el casco del Normandie, estaba completo en un 65 %, sus máquinas estaban completas en un 70 %, y sus calderas habían sido entregadas, pero fueron instaladas en nuevos destructores.
El Languedoc tenía su casco concluido en un 49 % y el 73 % de su maquinaria estaba construido; sus calderas estaban completas en un 96 % y únicamente se había realizado un 26 % de sus torretas.
Los trabajos en el Béarn no habían avanzado significativamente en el momento del inicio de la contienda: su casco únicamente estaba completado en un 8–10 % y su maquinaria, únicamente en un 25 %.