Chile decidió modernizar su flota de destructores en la década de 1950 y se volvió a los astilleros británicos para cumplir la orden.
La orden fue anunciada en enero de 1954 y finalizada en 1955.
Su principal característica eran los cañones automáticos de 4 pulgadas, que originalmente estaban destinados al acorazado Latorre.
En 1964 se les instaló en Talcahuano los misiles antiaéreos Seacat de origen británíco, convirtiéndose así en las primeras unidades en Latinoamérica con contar con este tipo de misiles.
El Almirante Williams fue modernizado entre 1971 y 1974 donde se le instaló misiles antibuque MM38 Exocet, luego entre 1973 y 1975 el Almirante Riveros recibió las mismas modificaciones.