En ese mismo año, contactó con el compositor Aaron Copland, quien nunca había pensado en componer un concierto para clarinete antes que Goodman le encargase uno.Copland había escrito la última página demasiado aguda, y tuvo que bajar el rango de altura.Sin embargo, Goodman le explicó que, aunque pudiera alcanzarla cómodamente cuando tocaba jazz para una audiencia, quizás no sería capaz de obtenerla si la tuviera que leer de una partitura o para una grabación; por ello, la nota fue cambiada.Estoy ansioso por tocar el concierto en público y le dedicaré mucho trabajo junto con Ingolf Dahl en Los Ángeles; mientras tanto me mantendré en contacto con usted hasta que encontremos el momento oportuno para realizarlo.” Sin embargo, Goodman no hizo demandas sobre lo que Copland debía escribir y este tuvo completa libertad, poniendo como condición que Goodman debía tener la exclusividad de interpretar la obra durante los dos primeros años.El Concierto para Clarinete termina con una coda bastante elaborada en "do" mayor que concluye con un glissando o “smear” en la jerga jazzística.