Su fama, debida a la gran divulgación que tuvo su obra, fue posible gracias al desarrollo de la impresión musical.Su carrera fue bastante inusual para su época ya que nunca tuvo un puesto estable en una catedral o en una corte aristocrática.Janequin escribió muy poca música sacra: sólo se le atribuyen dos misas y un motete, aunque muchas otras obras pudieron haberse extraviado.Las chansons programáticas por las cuales es conocido Janequin fueron largas piezas segmentadas, que con astucia usualmente imitaban sonidos naturales o del hombre.Efectos onomatopéyicos como estos tuvieron un uso muy común en la música de finales del siglo XVI, hasta entrar a la era barroca.Más tarde llegó a escribir chansons sacras que usaban tonadas calvinistas tradicionales.