Buena parte de su poesía inicial revela la influencia que en él ejerció Nietzsche, un autor leído fervientemente en Antioquia a comienzos de siglo XX.
Sus poemas "El hombre libre" y "Juan Rebeldía" evocan el deseo de emancipación espiritual que se lee en las predicaciones de Zaratustra.
Mendía utilizó la sátira para referirse a todos los personajes de la sociedad, comenzando por sí mismo y siguiendo con el cura, el político, todos:
«Era contradictorio, absurdo, aciago y comulgó con ruedas de molino.
Su animal favorito fue el pollino y su santo dilecto era San Trago».