En las tesis histórico filosóficas de Arnold J. Toynbee cobran decisiva importancia ciertos ciclos históricos, que le otorgan un carácter dialéctico al devenir de la historia universal.
Los más importantes son: Toynbee concibe la historia como un movimiento «hacia adelante», de progresiva «espiritualización» (eterealización, en la jerga toynbeana), en donde las sucesivas sociedades han ido haciendo una trama social a nivel de la humanidad, de complejidad y tamaño cada vez mayores.
En ese sentido, los ciclos históricos de Toynbee no llevan a una concepción cíclica de la historia, sino a una en que la historia marcha «hacia adelante», pero con retrocesos que no son otra cosa sino purificaciones de aspectos malos o negativos que impiden seguir progresando.
Para explicar esto emplea la metáfora de las «ruedas de carreta», que giran monótonamente sobre su propio eje y no van a ninguna parte por sí mismas, pero que sirven a un fin más trascendente que la rueda en sí misma, cual es el impulsar el vehículo completo que apoyan, hacia adelante.