Los gases calientes ya turbinados se aprovechan para calentar agua y convertirla en vapor en un recuperador de calor.Este vapor se hace pasar por una segunda turbina conectada a otro alternador, de forma que ambos generan energía eléctrica.Además, esta tecnología reduce el impacto ambiental, porque aprovecha mejor la energía primaria.Si para producir una unidad eléctrica por medios convencionales se necesitan 3 unidades térmicas, mientras que en cogeneración se necesitan 1,5 unidades, la cantidad total de agentes contaminantes emitidos disminuirá en un 50%.Este procedimiento tiene aplicaciones tanto industriales como en ciertos edificios singulares, en los que el calor puede emplearse para calentar u obtener agua caliente sanitaria, como por ejemplo ciudades universitarias, hospitales, etc. Con estos sistemas se mejora la eficiencia energética, produciendo más energía con el mismo combustible.