El yacimiento se encuentra en el cerro que le da nombre, que se yergue en la orilla izquierda del Tajo, al sur de la ciudad de Toledo.[1] Su ubicación, aislamiento y relieve escarpado le confiere al lugar un carácter estratégico y de privilegiada defensa natural, adecuado para asentamiento de grupos humanos.La segunda, mejor documentada se corresponde al principal momento de utilización del hábitat, en pleno desarrollo de la Edad del Bronce en la Meseta Central.En estas dos últimas fases, de las que se han descubierto estructuras de habitación y cabañas e incluso hogar in situ, se desarrollaba una economía eminentemente pastoril, con primacía del ganado ovino y vacuno.De esta etapa se conservan restos en la cima del cerro.