Esta zona elevada fue elegida para la construcción del castillo medieval, y la abadía de los Cuerpos Santos, monasterio que posteriormente se convertiría en la Catedral de Santander.
Con el crecimiento de la ciudad, se construyó un puente que atravesaba la citada ría de Becedo, uniendo el cerro, con la antigua plaza Vieja, donde se localizaba el Ayuntamiento de Santander, constituyéndose así la calle del Puente, el eje principal del núcleo antiguo.
Después del incendio de 1941, el cerro perdió altura.
El término procede del latín, summum rostrum, 'promontorio mayor'.
Popularmente, la etimología del término se asocia con que el castillo se localizaba en el rostro del cerro, o somo de San Pedro.