Cerco de Piratininga

[2]​ La unión entre portugueses y tupis provocó desconfianza y antipatía entre los nativos más radicales que, si buscaban alguna excusa para atacar a los europeos, encontraron una muy importante: la práctica de la esclavitud por parte de los colonizadores.

En consonancia con el cargo que había desempeñado anteriormente en Santo André da Borda do Campo.

João Ramalho, aunque tenía una relación distante con los jesuitas, llegando incluso a enemistarse, intentó luchar valientemente contra los indios invasores, llevando consigo a muchos indios y mamelucos en defensa de la ciudad.

Al intentar derribar la puerta, recibió un disparo en el estómago y murió en el acto lo que invirtió la ventaja de los invasores.

[7]​ Los combates continuaron hasta el día siguiente, 10 de julio, con victoria para los portugueses y sus aliados.