Cementos Progreso

[3]​ En aquel tiempo, la incursión de esta industria fue innovadora ya que el cemento no era un material utilizado en la construcción guatemalteca.

A una década de su fundación, la demanda del cemento en Guatemala crecía escasamente y fue hasta después del terremoto de 1917-18 cuando se empezó a evidenciar que las edificaciones construidas con concreto soportaron exitosamente el fenómeno natural.

Luego del crecimiento demográfico nacional, en 1974 se inauguró la segunda planta de cemento en Sanarate, El Progreso.

Desde el inicio de sus operaciones las comunidades Kaqchikeles (etnia) han denunciado problemas ambientales, amenazas a los líderes comunitarios y conflictividad social.

[6]​ En 2013 Cementos Progreso se sometió a una exhaustiva evaluación para contar con una Calificación de Riesgo.

A raíz de esta evaluación, Cementos Progreso pudo emitir bonos para inversionistas extranjeros.

El informe está sujeto a los estándares de la Global Reporting Initiative (GRI).

La fórmula convenida puede resumirse en dos niveles: a) el compromiso voluntario que adquieren todas las empresas y organizaciones adheridas de cumplir y promover los 10 Principios universalmente aceptados y b) contribuir, en alianza con múltiples actores, a alcanzar los Objetivos del Milenio (ODM), que es la forma en que se miden los resultados de desarrollo de esa intervención conjunta.

[16]​ Desde 1985, Cementos Progreso cuenta con un programa de reforestación llamado Agrobosques, el cual se especializa en temas forestales y ambientales.

[20]​ El Museo Carlos F. Novella es una institución privada que registra, conserva, promueve y difunde el patrimonio industrial de Cementos Progreso.

Fue inaugurado en 1977 como una escuela que atendía a 44 alumnos de la aldea El Sinaca, Sanarate, El Progreso.

Se firmó un acuerdo de colaboración entre Project Concern International - Global Communities Partner (PCI-GC) y Progreso.

[26]​ Desde el 2009 Cementos Progreso ha recibido el reconocimiento como un gran lugar para trabajar en Centroamérica y El Caribe por el Great Place to Work Institute.