Cecilia Mangini nació en Mola di Bari, en la Apulia, una región agrícola y pobre en el sur de Italia.
[2] Desde pequeña vivió los contrastes entre la tierra de su padre, la Apulia, marcada por la miseria, y la materna, la rica Toscana.
Mangini dejó atrás su educación fascista y se posicionó en la izquierda, autoetiquetándose posteriormente como anarquista.
Mangini definió sus documentales como libertarios, poniendo el foco en las diferencias sociales y enfrentándose a un gobierno conservador de profundas raíces religiosas.
Estos círculos son instituidos por el régimen fascista, como un instrumento de propaganda para seducir a la juventud.
Fotografió la Italia dividida entre tradiciones y modernidad representada por las fábricas en el campo abierto de la posguerra.
En 1959 en su segundo documental Maria ei Giorni, Cecilia Mangini retrata a una mujer campesina en su región natal de Puglia.
En Divino amore (1964), Mangini filmó a aldeanos en una procesión nocturna y luego montó el metraje como si fuera un thriller.