Cayo Octavio era miembro de una rica familia del ordo equester; no obstante, era considerado un homo novus ("hombre nuevo") al no proceder de una familia senatorial.
Su padre, también llamado Cayo Octavio, se desempeñó como magistrado municipal y murió a una edad muy avanzada.
Es probable que después alcanzara la edilidad, aunque no lo sabemos a ciencia cierta.
[5][6] Es probable que tras esta victoria añadiera el cognomen "Turino" (Thurinus) a su hijo.
Esta victoria y su diplomacia, alabada por Cicerón, le dieron los apoyos necesarios para presentarse a las elecciones consulares.