Tras unos años de servicio en Puerto Rico y en Fernando Poo, regresó a Madrid en 1880.
En 1885 llega Martínez Izquierdo a Madrid, como primer obispo de la nueva diócesis recién creada.
Posteriormente el obispo aprobó la destitución, y trató infructuosamente de convencer a Galeote para que aceptara un nuevo destino.
Allí, ante cientos de testigos, le descerrajó tres tiros con una pistola que (según declararía más tarde) llevaba siempre consigo desde su estancia en Puerto Rico.
Condenado a muerte a finales del mismo año 1886, la presión de la prensa hizo que se solicitase un nuevo informe médico, que le declaró en diciembre de 1887 la insanidad mental.