Según la tradición rusa, cada regimiento de la guardia imperial tenía su propia catedral.
Una inundación en 1824 causó grandes daños y el emperador Nicolás I encargó su reconstrucción a Vasili Stásov.
Hubo rumores de planes para demoler la catedral y utilizarla para construir un teatro para los trabajadores del distrito.
No obstante, la catedral fue transferida al Ministerio Soviético de Telecomunicaciones y se convirtió en un almacén.
[3] Después de completar las obras, la catedral se volvió a abrir en 2010.