Este edificio permitiría la evangelización del lugar y las zonas aledañas, cuya tarea fue llevada a cabo por los frailes dominicos.
La obra se terminó a comienzos del siglo XIX, cuando en el año de 1812 fueron cerradas sus bóvedas y concluida la cúpula.
Si bien ya estaban terminadas las obras del templo, por motivos de ornamento y la geografía en que se asienta la zona éste fue modificado.
Por tal suceso se realizaron obras de remozamiento y reconstrucción en el recinto, que le dieron la forma en como ha llegado a nuestros días.
El arco de acceso es enmarcado por dos columnas tipo estípite que sostienen a las del segundo cuerpo donde se ubica la ventana coral, la cual está enmarcada por dos columnas que son también de tipo estípite.