Catedral de La Habana

Se puede llegar hasta el templo recorriendo la Calle Mercaderes, una réplica restaurada de la antigua calle del siglo XVIII que conecta Plaza Vieja con Plaza de la Catedral atravesando el Museo del Tabaco y el Museo del Chocolate.

Con antelación a la decisión obispal los jesuitas ya tenían en sus planes construir una iglesia en la Plaza de la Ciénaga.

[2]​ En el año 1767, ya estaba terminado el colegio, pero no la iglesia, en ese momento ocurre la expulsión de los jesuitas del Nuevo Mundo.

Tras este altar se observan tres frescos originales del pintor italiano Perovani.

Su cúpula que queda por debajo de las torres laterales, es visible desde los edificios aledaños con un intenso color naranja.

Grabado de la catedral publicado en 1882 en La Ilustración Católica .
Interior hacia 1905.
Interior hacia 2007.
Vista semilateral