Su padre era el también noble sueco Ulf Gudmarsson A los 12 o 13 años fue entregada en matrimonio al caballero Egard von Kyren.
Permaneció en Italia hasta 1380, proveyendo información sobre la vida de su madre en Suecia, Italia y otros lugares, pero debido al cisma de Aviñón en la Iglesia su trabajo no llevó a ningún resultado.
En 1380 regresó a Suecia y el obispado le entregó formalmente la dirección de la nueva orden religiosa.
Aunque la canonización nunca se llevó a cabo, en 1484 el papa Inocencio VIII dio la autorización para venerar a Catalina como santa en Suecia, y algunas de sus pertenencias fueron conservadas como reliquias.
Se le han atribuido milagros en Suecia y en Italia, algunos de ellos en vida.