Catalepta
[7] El estilo abunda en diminutivos, anáforas y aliteraciones,[4] lo que, unido a la temática juvenil y estudiantil y al trato de lo cotidiano con cierta influencia del pensamiento epicúreo,[8] lo ubica en el humilis stilus o estilo bajo del autor, presente también en su primera gran obra, las Bucólicas, inmediatamente posterior a la Appendix.Anticipa algunos rasgos estilísticos que abundan en toda la colección, como la ambigüedad expresiva, los pensamientos dejados en suspenso, los juegos de palabras o las reduplicaciones.El yo enuncia su deseo de que la poesía corresponda su amor por ella.En apenas dos dísticos elegíacos, confiesa su amigo Lucio Varo una romance homoerótico con un tal Poto.Escrito en dísticos y uno de los mejores poemas del Catalepton, anticipa ya una independencia del estilo catuliano y prefigura el de las primeras bucólicas.La longitud de esta composición en dísticos elegíacos hace que no se la pueda considerar un epigrama, sino una elegía encomiástica a M. Valerio Mesala Corvino (a quien también dedica Ciris, otro poema de la Appendix), cuya poesía culta alaba y confiesa querer imitar hacia el final del poema.[4] Además, dispone una serie de comparaciones con heroínas mitológicas e históricas, como Atalanta, Helena, Casiopea, Hipodamia, Sémele, Dánae o Lucrecia como comparación y alabanza con la amada del propio Mesala.Parodia el epigrama 316 de Calímaco, pero con un humor mucho más doloroso.Estos apenas dos dísticos conforman el poema que cierra la selección, casi con total seguridad de la autoría del recopilador y no de Virgilio.Considera a éste mejor que Hesíodo e igual a Homero, presentando esta colección como la más primeriza de su autor, inspirada por una “tosca Calíope”.