San Miguel de Castro cuenta con un gran patrimonio, arquitectónico, cultural y natural.
Separa estos dos espacios un arco triunfal del que destacan sus capiteles tallados con motivos vegetales.
Anexa al presbiterio por el lado norte, encontramos una sacristía de pequeñas dimensiones, en la que se aprecian cuatro canecillos del ábside, que en su fachada sur se conservan otros dos canecillos.
En esta iglesia hay dos vanos románicos, uno en la cabecera, tapado por el retablo mayor, y otro en la fachada norte del cuerpo central.
A pesar de las numerosas intervenciones, conserva un estilo románico muy marcado, y un trazado bizantino.
En esta iglesia se encontraron en 1904 unas pinturas murales que representaban la vida, pasión y muerte de Jesús, estas datan del siglo XVI, cubrían el presbiterio y parte de la nave.
En estos inestimables cuadros se veía á lo vivo representada toda la vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
En la actualidad, el interior del templo presenta las paredes encaladas y estas pinturas no se conservan.
También vemos tres huecos o ventanas, con una disposición muy similar a la de las puertas.
Esta capilla fue en su totalidad sufragada por devotos y vecinos en el extranjero que aportaron tanto capital como elementos litúrigicos (pendón, retablo, estandarte, cruz, ...)
Ingresa en la parroquia por el sudeste, para atravesarla transversalmente para salir por el noroeste hacia el Gundián, para así cruzar a Puente Ulla.
Desde el punto de vista actual apenas quedan restos del primitivo asentamiento.