Robert Stewart
Al fallecer su padre, le sucedió como marqués de Londonderry en la nobleza irlandesa; sin embargo, siguió ocupando un escaño inglés.Londonderry empezó a descuidar sus obligaciones políticas; él dijo: "Mi mente, por así decirlo, se ha ido".Sin embargo, no se pudieron evitar los abucheos e insultos en la procesión fúnebre por la gran impopularidad del marqués.No se erigió un monumento en su memoria sino hasta 1850, por propuesta de su hermanastro, Charles Vane, quien lo sucedió en sus títulos.Poco tiempo después de su muerte Lord Byron le dedicó un epitafio satírico:[1]