Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia.Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza.De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó.En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort.Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores.